domingo, 24 de agosto de 2014

6:08 de un sábado cualquiera

Algún día podré tocarte algo con la guitarra mientras tú lees cualquier cosa en el sofá, sin que levantes la vista y me mires, no sea que entiendas que llevo escribiéndote canciones desde antes de conocerte.
Pero esta noche me he propuesto hablar de cualquier cosa que no seas tú.
La existencia, por ejemplo. Es una forma de empezar.
Existo. Existes. Existimos. La existencia no me interesa.
La sociedad. Sí, la sociedad. Éso también me vale.
La sociedad mutila la naturaleza. Como nosotros. Como mi sonrisa torcida. Como tu espalda afilada.
Hablaré de todo lo que no tocas, aunque eso suponga recurrir al susurro del silencio. Aunque el silencio huela a tu cuello. Aunque la naturaleza pretenda atravesar mis muros y morir ella misma en el infierno que sabe que encontrará ahí.
Hablaré de cualquier cosa.
De la Luna. De los celos. Del enjambre de dudas que zumban tu nombre.
De la nada. Sí, de la nada.
Es un lugar tan inmenso
Que tú
Casi
Casi
Casi
Casi cabes dentro.

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